viernes, 31 de enero de 2014

Dulce despertar.

A nadie le gusta un despertar ruidoso, desordenado y caótico y menos tratándose en fin de semana.

A mí tampoco, por supuesto, y exactamente eso me ocurrió el sábado 24-Agosto-2013 cuando un extraño sonido me arrancó abruptamente de los brazos de Morfeo con la subsiguiente carga de malhumor.

Pero todo cambió en menos de un segundo que fue lo que tardó mi abotargada mente en analizar y reconocer el sonido de los quemadores de un Globo Aerostático

2 segundos más y ya tenía la cámara en la mano y estaba en el balcón totalmente despierto en un claro ejemplo de lo que es un aerotrastornado en grado sumo.

Ya no volví a dormir, pero la "presa" había caído:









No hay comentarios:

Publicar un comentario