Un 28 de Junio como hoy, pero de 1914, el asesinato del Archiduque Francisco Fernando de Austria en el conocido como Atentado de Sarajevo fue el detonante de lo que un mes más tarde se convirtió en la Gran Guerra o Primera Guerra Mundial.
Un cuatrienio de destrucción y muerte se abatió sobre Europa (mayormente) provocando, entre muchas otras consecuencias el caos social y político y la caída de varios Imperios modificando el mapa europeo de manera convulsa y dejando un panorama de hambre, miseria y resentimiento que sembró la semilla de un nuevo conflicto más catastrófico e inhumano aún.
Acerca de este conflicto, un impresionante especial del diario "El Mundo" puede verse aquí.
En lo que respecta a la capacidad de matar, el ser humano demuestra cada instante que su aplicación a ello no tiene límites y que, llegado el momento, cualquier herramienta susceptible de ser utilizada para tal fin se destinará a ello.
Por supuesto, la Aviación (en ciernes) no iba a quedar atrás en esta carrera armamentística (que no hace falta decir que no ha hecho sino crecer desde entonces), más bien al contrario comenzó a mostrar el enorme potencial mortal que podía desplegarse desde el cielo.
Había nacido un nuevo modo de terror. Un Ángel con alas convertido en Demonio.
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