miércoles, 2 de mayo de 2018

San Diego Air & Space Museum (I de VI)


Además de hacer spotting en San Diego, visitar el USS Midway y disfrutar dos jornadas completas del Miramar Air Show 2017 no podía dejar de visitar el Museo del Aire y del Espacio de San Diego.




Para ello hay que acercarse hasta el Parque Balboa, un parque urbano de unos 5 kms cuadrados que toma su nombre del explorador y conquistador español Vasco Núñez de Balboa del cual casualmente soy paisano, aunque mi expedición a este destino haya sido bastante más placentera que la suya a tierras americanas.



Este magnífico espacio destinado al esparcimiento y solaz es el más grande de su tipo en los Estados Unidos contando en su interior con un gran número de atracciones e instalaciones y con !!17 Museos¡¡ de diverso tipo, uno de los cuales es el que me dispongo a visitar.



Es famoso asimismo porque en su inventario constan edificaciones arquitectónicas que son grandes ejemplos de diversos estilos entre los que se cuenta incluso una espectacular réplica de La Giralda entre otras muchas referencias hispanas.

Uno de estos edificios (El edificio Ford) alberga el Museo del Aire y del Espacio de San Diego. Diseñado por el mítico ingeniero industrial Walter Dorwin Teague es un sobresaliente ejemplo de la arquitectura "Streamline" habiendo sido construido por la Ford Motor Company para la Exposición Internacional California-Pacific de 1935, exposición en la que se utilizó como "El Palacio del Transporte". En su interior un maravilloso y extenso mural de exquisito gusto titulado "La Marcha de Transporte" convierte en arte sus paredes.



En la II Guerra Mundial este edificio fue utilizado por la Guardia Nacional, la Cruz Roja Americana e incluso se usó como centro de entrenamiento para artilleros costeros.


En 1980 se convirtió en la sede del Museo ya que un incendio destruyó en 1978 la localización original del mismo que también se encontraba en el Parque Balboa. Realmente se puede decir que este Museo se sobrepuso al terrible golpe que significó la pérdida de más de 50 aeronaves expuestas (además de múltiples objetos y archivos) y ha vuelto, literalmente, a renacer de sus cenizas. Por eso no es de extrañar que se muestren bastantes réplicas de aquellas aeronaves perdidas en el fuego pero no por eso en la memoria.


Este edificio constituye el único superviviente de un total de cinco salas de exposición creadas en los años 30 por la Compañía Ford y debido a ese carácter tan especial está inscrito en el Registro Nacional de Lugares Históricos desde 1973.


Es este aspecto histórico el que le da un toque tan genuino a este Museo. No es el más grande desde luego, ni el que tiene la colección más extensa, pero este edificio tan especial con su diseño art-deco no deja indiferente, tiene personalidad y una atmósfera especial; también se muestran algunas aeronaves y otros objetos de un enorme nivel museístico y además su localización tan cercana a la aproximación del Aeropuerto de San Diego permite contemplar el ayer y el hoy de la Aviación de un sólo vistazo.


En cualquier caso, el primer contacto con el Museo es contundente e impactante. Dos guardianes muy especiales vigilan sus puertas. Un exclusivo Convair F2y Sea Dart y un no menos apabullante Lockheed A-12.

El Convair F2Y Sea Dart, del que sólo se construyeron 5 prototipos antes de cancelar el proyecto, se define como una hidrocanoa de caza ostentando hasta hoy el récord de haber sido el único hidroavión que ha logrado superar la velocidad del sonido:







Su compañero es un ejemplar original (60-6933) de Lockheed A-12, uno de los 9 supervivientes que aún se exhiben (todos en Estados Unidos) y aparato precursor del mítico SR-71 Black-Bird. Inició su vida operativa en 1963 realizando 217 vuelos hasta su retiro en 1965 tras lo cual estuvo 25 años almacenado el aire libre en una instalación militar hasta que se autorizó su exhibición en este Museo en el que tras un período de restauración quedó instalado en 1991:








 





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